Está claro que todos le abandonamos. Pasó a ser el malo de la película sin apenas poder consultarlo con el director del largometraje. Algún ser tenía prisa por estrenarla y que todo el mundo pudiera ver esa ficción convertida en realidad. Cuando la película se proyectó ya era demasiado tarde para poder cambiar su papel, se quedó con esa etiqueta para siempre. Ni siquiera corroboramos si esa etiqueta era cierta o no, simplemente nos dejamos fluir por la masa. Le abandonamos porque la película era de lo más creíble, le abandonamos simplemente porque no sabía llorar.
¿Por qué tiene que haber siempre un malo en la película? ¿ Porqué tiene que haber siempre una transposición de personalidad? Pues simplemente porque la audiencia lo pide.